Si ya tienes un título universitario o te has casado y has tenido que pedir alguna vez tu certificado de nacimiento, seguramente sabrás cómo son estos documentos oficiales. Pero cuando se te presenta la necesidad de requerir una traducción oficial y se solicita el encargo a una agencia de traducción jurada, surgen las dudas. ¿Respetarán el formato original del documento que necesito traducir? ¿O traducirán fielmente lo que pone el documento, pero en otro formato? Y… de ser así, ¿me servirá la traducción oficial?

Es mejor preguntar que quedarse con las dudas. En Iuratum – traducciones juradas, recibimos a diario preguntas sobre el coste de las traducciones oficiales, sobre el formato en que se enviará la traducción jurada o sobre si lo que el traductor jurado firma y sella es una copia exacta del documento oficial (similar a las compulsas de documentos que se realizan ante el notario). Sin embargo, esta última parte queda a voluntad del traductor, como te vamos a explicar a continuación.

Mantenerse fiel al original

La principal misión del traductor oficial, aparte de traducir correctamente el documento que reciba, consiste en mantenerse fiel al documento oficial. Un profesional de la traducción jurada debe sellar y certificar que lo que el cliente entrega a, por ejemplo, un organismo oficial de otro país, es real, esto es, que no se ha falsificado el documento en cuestión.

De ahí surge la necesidad de que el traductor jurado se mantenga fiel al documento oficial. Ahora bien, ¿debe mantener el mismo formato en la traducción que en el original? Todo depende. Por ejemplo, si se ha traducido una partida de nacimiento o se ha encargado la traducción jurada de un contrato, el formato de dichos documentos es sencillo, por lo que el traductor jurado puede copiarlos, siempre a su entera discreción, a fin de entregar una traducción oficial fiel tanto en el contenido como en la forma.

Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de ocasiones, los documentos de los que se realizan traducción jurada son pdfs escaneados, o fotografías, por lo que replicar el formato puede ser complicado. Por este motivo, entre otros, la normativa vigente no exige que se copie también el diseño del documento oficial. Y una traducción jurada no será ni mejor ni peor por haber mantenido el mismo formato del documento original, puesto que lo que se certifica es el contenido, y no la forma. De ahí que copiar el formato del documento que el cliente entrega al traductor jurado queda a elección del profesional de la traducción.