«Elemental, mi querido Watson». Es muy probable que esta frase la hayas oído hasta la saciedad y la sigas escuchando en un futuro. Sin embargo, a veces lo que parece tan obvio en algunos sectores no lo es tanto en otros. El trabajo de los traductores jurados no está exento de mitos y de falsas creencias. Hemos recopilado algunas de las que han llegado a las oficinas de Iuratum porque lo que sí que tenemos claro es que cuando algo no se sabe, lo mejor es informarse primero. ¿Quieres saber un poquito más sobre la vida de los traductores oficiales? ¡Pues, adelante! Seguro que hay aspectos de nuestro trabajo que hasta tú desconocías.
Mito 1: Buscar traductores jurados en la misma ciudad
Lo más probable es que cuando necesites cambiarle el aceite a tu coche, busques un mecánico que esté en la misma ciudad que tú, por aquello de que tienes que llevarle el vehículo para que lo revise. Pero cuando se trata de la traducción oficial de un documento, que puedes enviar por Internet y recibirlo cómodamente en casa, no es preciso que busques a un traductor jurado en tu misma ciudad. El trabajo de los traductores jurados no está sujeto a una área geográfica determinada.
De hecho, poseyendo la certificación oficial de traductor jurado, se puede ejercer la profesión en cualquier parte de España e incluso en el extranjero. Es muy común encontrar traductores jurados de inglés o traductores jurados de francés, mientras que dar con un listado de traductores jurados que dominen otros idiomas es algo más complicado, pero no imposible.
Mito 2: Un Colegio de Traductores Jurados regula la actividad
Otro error muy común es pensar que existe un Colegio Oficial de Traductores Jurados que se encarga de regular la actividad. En España se carece se este tipo de organismos. Sí hay una Oficina de Interpretación de Lenguas del Ministerio de Asuntos Exteriores y asociaciones como la APTIJ o ASETRAD a las que se pueden unir los traductores jurados que lo deseen, pero la colegiación no es posible en España. Desde hace relativamente poco, se modificó la normativa reguladora de la profesión de traductor jurado y se empezó a asignar números de orden a los traductores jurados con certificación. Y es que para poder ejercer en España, los profesionales de la traducción jurada deben pasar un examen oficial previamente.
Mito 3: Existen tarifas oficiales
Intentar localizar unas tarifas oficiales para las traducciones juradas es como buscar una aguja en un pajar. No existen. En este post ya te explicábamos todo lo que debes saber sobre el coste de las traducciones juradas, pero aun así, te recordamos que por norma general los costes de una traducción oficial se suelen regir por el número de palabras o extensión del documento.
Mito 4: Una traducción jurada de España se queda en España
Tu traducción jurada puede viajar, sí, igual que tú., siempre y cuando el país de destino la acepte. Generalmente, en otros países suelen requerir que la traducción jurada esté legalizada o cuente con la Apostilla de la Haya. Para esto hay que tener en cuenta que si el país suscribió el Convenio de la Haya en 1961, seguramente requerirá la apostilla, en caso contrario, se puede legalizar el documento en el Ministerio de Asuntos Exteriores.