Errare humanum est; o lo que es lo mismo, errar es de humanos. Seguro que has escuchado alguna que otra vez esta frase, en latín o en castellano. Razón no le falta, pero la situación molesta (y mucho) cuando se comete un error en un documento oficial. Imagínate que necesitas de manera urgente una traducción jurada. Para ello das con el listado de traductores jurados de Iuratum, escoges el servicio que mejor atienda tu encargo y, de repente, te das cuenta de que en el documento original que debes mandar a traducir y jurar hay un error. ¡Una errata! ¡No puede ser! Pero sí. Es real. ¿Qué hacer?

Antes de nada, que no cunda el pánico. El traductor jurado va a tratar con toda la profesionalidad del mundo el encargo que le has encomendado y, al igual que tú, él también se dará cuenta de que hay una errata en el texto original.  ¿Lo enmendará él mismo? Sí y no. Si bien es cierto que la traducción jurada debe ser una reproducción exacta en otro idioma del documento oficial, también puede darse el caso de errores en nombres propios o a la hora de transcribir alguna palabra.

Corrección con notas al pie

El traductor oficial nunca podrá corregir directamente en la traducción jurada el error que contenga el documento. No obstante, no desesperes. El traductor jurado puede subsanar el error con notas a pie de página en la que dé fe o sugiera de que hay un error en el documento oficial.  Y es que si quieren realizar bien su labor, deben reproducir fielmente el documento original, pero eso no implica que se deba pasar por alto la errata.

Otra estrategia de los traductores jurados, en caso de no querer utilizar las notas al pie, consiste en emplear la nota del traductor [sic] al lado de la errata para que la persona responsable del organismo oficial que reciba esa traducción jurada tenga constancia de que hay algo incorrecto en el documento.

Los traductores jurados de Iuratum no pasarán por alto este tipo de erratas y siempre ofrecerán soluciones adecuadas para que salga una traducción jurada perfecta.