Viajar y padecer una enfermedad puede parecer algo casi incompatible, o cuando menos su combinación es algo no deseable. Maletas llenas de medicamentos, listado de recetas y certificados médicos por si acaso hay que ir a un hospital durante la estancia en el extranjero… A priori no tiene muy buena pinta tener que viajar con medicamentos. Los medicamentos pueden llegar a considerarse droga en otro país, por lo que para pasar algunos de los controles más que exhaustivos que se hacen en los aeropuertos internacionales y evitar apuros innecesarios en el caso de que no seas capaz de explicar para qué son las medicinas que llevas en la maleta, no te olvides de la traducción jurada de las recetas médicas y para prevenir, pide también una traducción jurada del certificado médico.
Viajar con medicamentos sólidos y líquidos
La normativa europea permite viajar con medicamentos sólidos. No obstante, para evitar que las medicinas no superen el control de seguridad, estas deberán ir acompañadas por su correspondiente receta médica. Los medicamentos líquidos, tipo jarabes, también pueden pasar los controles, pero para ellos sí que se debe acreditar la necesidad de usarlos y esto solo se consigue con la traducción jurada de un certificado médico. Aparte de aportar una traducción jurada de las recetas médicas, cuando se trata de medicamentos líquidos se establece que estos deben ser para utilizar en un plazo de 3 meses.
Cuando se va a viajar a otros países fuera de la Unión Europea como India, Arabia Saudí o algunos países de Oriente Medio, hay medicamentos que no están permitidos llevar, algo que conviene conocer antes de hacer la maleta.
¿Qué podría suceder si viajas con medicamentos en la maleta y la policía no sabe lo que son? Pues lo más probable es que te retengan en la aduana o te lleves un disgusto si no te dejan que pases los medicamentos. Por eso, para evitar malentendidos y males mayores, se aconseja tomar una serie de precauciones, especialmente en países donde se hable otra lengua diferente de la propia. Una recomendación es encargar a un traductor oficial la traducción jurada de la receta médica. Ésta debe estar traducida en el idioma oficial del país en el que te encuentres o, quizás al menos, una traducción jurada en inglés, como lengua común en un ámbito internacional, solamente con presentarla es muy probable que se pueda solucionar la situación.