Ella es una más de las traductoras juradas que forman la pequeña-gran familia de Iuratum. Se llama Daniela, aunque le gusta que la llamen ‘Dani’. Y reconoce que una de las mejores cosas que ha hecho en su vida ha sido dedicarse a la traducción jurada.

1- ¿Qué te llevó a ser traductora jurada? ¿Cuántos años llevas en el gremio?
Siempre tuve claro que quería especializarme en el mundo de la traducción y que me quería dedicar a un tipo de traducción que ayudara de verdad a la gente. Con esto no quiero decir que el resto de traducciones no ayuden, que sí lo hacen ¡y mucho. Pero la traducción jurada es especial. Gracias a ella puedes conseguir el visado de un país, o casarte con quien siempre has querido. Y esas cosas son las que determinaron mi decisión.

2- Los traductores jurados, a diferencia de los otros traductores tienen que pasar unos exámenes oficiales para conseguir la certificación, ¿fue muy complicado pasar el examen oficial?
Yo me presenté en dos ocasiones. La primera, para ver cómo era el examen, y la segunda, al año siguiente, con una perspectiva de aprobarlo. Si dedicas tiempo y es lo que de verdad quieres hacer, no hay nada que se resista.

3- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
La oportunidad de ayudar a los demás porque sabes que una traducción jurada es esencial. En mi caso, la traducción jurada me ha dado lo mejor de mi vida, ya que gracias a ella conocí a mi actual pareja.

4- ¿Cuáles son los documentos oficiales que más se suelen traducir y por qué?
Sin duda los  certificados de antecedentes penales, certificados de nacimiento y matrimonio, así como documentos académicos.

5- ¿Por qué son necesarios hoy en día los traductores jurados?
La globalización está abriendo un camino hasta la fecha desconocido. Los traductores jurados son esenciales en todo este proceso.

6- ¿Alguna anécdota o cosa curiosa que te haya pasado en todos tus años de ejercicio?
Sí, muchísimas. Todos los días se aprende algo nuevo de un cliente. Hay algunos que no entienden por qué no se hace un único documento oficial que sea válido para todos los países y así tener que evitarse la traducción jurada.

7- ¿Cómo debe ser, a tu juicio, un traductor jurado?
Debe ser una persona paciente, que le guste la traducción. Y los idiomas. Debe ser, además, una persona que le guste reciclarse continuamente y adquirir nuevos conocimientos. ¡Y yo soy de esas!