La globalización ha hecho que los mismos fideos que consumen en China lleguen hasta tu mesa, a miles de kilómetros de distancia. Pero no solo los de China, sino las pastas que comen en Italia, los quesos franceses, el salmón noruego… y así podríamos enumerar una larga lista de productos con los que estamos acostumbrados a convivir, pero que si nos fijamos bien en la etiqueta, puede que procedan de otros países y no de España o de los lugares más adyacentes. Así, si tienes una empresa y quieres que también se expanda por el extranjero debes saber que uno de los pasos para la internacionalización de su producto será recurrir, tarde o temprano, a la traducción oficial de la documentación a presentar en el país de destino y para ello, en Iuratum, podemos ayudarte bastante.
Pero vayamos por partes. Lo primero que tendrás que hacer antes de buscar una empresa de traducción oficial es elegir el país al que quieres dirigir tus productos. Tómate tu tiempo para elegir el país que más te convenga porque podría ser el comienzo de algo bueno o algo terrible. Debes hacer una investigación de mercado de antemano para identificar el lugar donde tu producto se venderá mejor, las características culturales del lugar, las formas de compra de sus ciudadanos… Una idea es poner toda la información que hayas encontrado en una hoja de cálculo para hacer una comparación entre países en términos de competencia, demanda, etc.
Estudiar la situación
Ya sabes cómo funcionan los negocios en tu propio país, pero las cosas pueden ser diferentes en el extranjero. Para que nada se te escape, haz una simulación y un estudio de los posibles problemas. En él deberás incluir los precios, ya que el producto o servicio podría tener un precio diferente en otros países. No olvides a los proveedores, ya que es posible que necesites nuevos proveedores en un país extranjero. Las leyes también es importante conocerlas, pues seguro que alguna regulación podría afectar a tu producto, así como los posibles impuestos en otros países, disponer de un servicio de atención al cliente en el idioma del país o puede que requieras de los servicios de traducción de una empresa de traducción para poder poner en marcha el negocio en el extranjero. Es casi como comenzar desde cero, aunque si la cosa va bien, los resultados pueden ser exponenciales.
Si la empresa tiene sede fiscal en España y lo que necesitas es abrir una nueva oficina en otro país, deberás aportar a la Administración competente toda la información necesaria de tu compañía para poder establecerte en dicho país. Para ello será necesario recurrir a la traducción oficial de algunos documentos que den fe de que la empresa existe realmente. Por ejemplo, tendrás que aportar una traducción jurada del certificado de constitución de la empresa. También podría darse el caso de que las nóminas de tus empleados se generen en España, entonces, tendrás que enviarlas acompañadas de su correspondiente traducción oficial de nóminas.
Por otro lado, busca páginas web que ayuden a promocionar tu producto en el extranjero. Pasado un tiempo, seguro que obtienes buenos resultados. Eso sí, deberás persistir e intentar conseguir que tu empresa sea mejor que la competencia del lugar, no olvides contar con un departamento comercial y de exportaciones que coordine toda la labor.