Mucho se habla de los traductores jurados, pero muy poco de lo que se puede conseguir gracias a ellos. Y es que muchos de nuestros clientes han podido contraer matrimonio en el extranjero, estudiar o trabajar en otro país gracias a la labor de traductores jurados como Fernando. Él es uno de los profesionales que integran Iuratum, ya lleva una década en el sector de la traducción. ¿Quieres conocerle mejor? ¡Sigue leyendo!

1- Los traductores jurados, a diferencia de los otros traductores tienen que pasar unos exámenes oficiales para conseguir la certificación, ¿fue muy complicado pasar el examen oficial?

En mi caso, yo no tuve que pasar el examen del Ministerio de Asuntos Exteriores porque antes de 2010 no era la única vía para la obtención del título. También se podía solicitar al acabar la antigua Licenciatura en Traducción e Interpretación si acreditabas haber superado una serie de créditos de asignaturas de traducción jurídica y jurada y de interpretación. Por suerte, ese fue mi caso y me alegro mucho de haber evitado el examen, ya que me consta que es difícil y que aún se realiza en papel, sin acceso a internet para realizar las consultas oportunas.

2- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Sobre todo, sentir que estás facilitando a mucha gente ciertos trámites importantes para sus vidas y que cumples una labor bonita. Detrás de cada cliente hay una historia nueva. Además, es un trabajo que puede venir de cualquier parte del mundo, y mis traducciones han llegado a los cinco continentes.

3- ¿Cuáles son los documentos oficiales que más se suelen traducir y por qué?

Certificados civiles, penales, tributarios, de empadronamiento, escrituras, contratos, informes médicos, etc. También muchos títulos académicos.

4- ¿Por qué son necesarios hoy en día los traductores jurados?

Gracias a nuestro trabajo, mucha gente puede contraer matrimonio, estudiar o trabajar en un país distinto al suyo, certificar sus títulos y su experiencia profesional, solicitar visados, becas… La lista es inmensa. Incluso los médicos que viajan a otros países necesitan una traducción jurada de su documentación para poder ejercer, y ahí es donde entramos nosotros.

5- Seguro que a lo largo de tu carrera te has encontrado con muchas situaciones diferentes, ¿cuáles son las principales inquietudes de los clientes que piden una traducción jurada?

Principalmente, que se la convaliden, ya sea en este país o en otro donde la vayan a presentar. Quieren poder realizar un trámite y suelen tener prisas por los plazos para presentar esa documentación.

6- ¿Alguna anécdota o cosa curiosa que te haya pasado en todos tus años de ejercicio?

Una de las particularidades de esta profesión es que puedes llegar a enterarte de muchos datos de la vida privada de la gente. En un caso de divorcio, recuerdo traducir el relato de los hechos y era como una telenovela, con una suegra que era la mala de la historia, cómo no.

7- ¿Cómo debe ser, a tu juicio, un traductor jurado?

Alguien con buenos conocimientos del lenguaje jurídico tanto de la lengua de partida como la de llegada. También debe saber documentarse sobre temas específicos como, por ejemplo, las equivalencias de las calificaciones de un país a otro cuando aborda un expediente académico.

8- ¿Qué destacarías de trabajar en una agencia de traducción jurada como Iuratum?

Sobre todo, la calidad en la gestión y el buen trato con los proveedores. En Iuratum la comunicación es muy rápida, eficaz, y tienen la ventaja de poseer una base de datos desde la que puedes administrar y seguir el estado de tus encargos, lo cual es una ventaja competitiva frente a muchas agencias.