Muchos la piden, pero muy pocos la conocen. ¿Qué es la Apostilla de la Haya? ¿Por qué tiene la traducción jurada de la Apostilla de la Haya tanta importancia? ¿Qué documentos deben llevar la Apostilla? Y… ¿se pone antes o después de jurar? Seguro que llevan un tiempo rondándote la cabeza estas preguntas pero nadie arroja algo de luz sobre ellas. Para evitarte más dudas, hemos preparado este post especial en el que te explicamos por qué se usa la Apostilla de la Haya en las traducciones juradas y… ¡dí adiós a los quebraderos de cabeza!

¿Qué es la Apostilla de la Haya?

La Apostilla de la Haya es un texto o sello que se coloca sobre un documento público emitido en otro país con el objetivo de certificar su autenticidad. El origen de la Apostilla se remonta al 5 de octubre de 1961, año en el que una serie de países suscribieron el XII Convenio de La Haya mediante el cual se suprime la exigencia de legalizar los documentos públicos extranjeros que deban presentarse en cualquiera de los países que están suscritos a dicho acuerdo.

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¿Qué países la aceptan?

Los países que firmaron el XII Convenio de La Haya fueron Alemania, Andorra, Antigua y Barbuda, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Bahamas, Barbados, Bélgica, Belice, Bielorrusia, Bosnia, Herzegovina, Botswana, Brunei, Darussalam, Bulgaria, Chipre, Colombia, Croacia, El Salvador, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos de América, Estonia, Federación de Rusia, Fiji, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Honduras, Irlanda, Isla Marshall, Isla Mauricio, Israel, Italia, Japón, Kazajstán, Lesotho, Letonia, Liberia, Liechtenstein, Luxemburgo, Macedonia, Antigua República Yugoslava, Malawi, Malta, México, Namibia, Niue, Noruega, Países Bajos, Panamá, Portugal, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Rumanía, San Cristóbal y Nieves, San Marino, Seychelles, Sudáfrica, Suiza, Surinam, Swazilandia, Tonga, Turquía, Ucrania y Venezuela.

¿Qué documentos se apostillan?

Aunque los documentos públicos deben llevar la Apostilla de la Haya, no todos los escritos que presenten organismos públicos tienen por qué apostillarse. En este caso, los documentos judiciales (si parten de un funcionario del Estado, Ministerio Público…), documentos administrativos, las certificaciones oficiales que deben atestiguar la autenticidad de fechas, o actas notariales de documentos de carácter privado.

Sin embargo, otros documentos como los que expiden funcionarios diplomáticos o consulares, los administrativos relacionados con una operación comercial o aduanera o los que están sujetos a otros convenios internacionales no se apostillan. Tampoco requieren de Apostilla las facturas o el curriculum vitae.

¿Para qué sirve?

Generalmente, cuando viajas a un país extranjero y necesitas presentar cualquier tipo de documentación ante una administración, es preciso acudir previamente al Consulado o a la Embajada de tu país que exista en el lugar donde te encuentres para que autentifiquen que los documentos que quieres registrar son auténticos y que no estás incurriendo en un delito de falsificación. Pero si ya aportas la documentación con la Apostilla de la Haya, te evitarás tener que acudir al Consulado o a la Embajada para certificar su autenticidad.

El trámite es mucho más sencillo. Solo necesitarías una traducción jurada del documento en cuestión y que en él figure la Apostilla para que te acepten el escrito en cualquier administración pública extranjera.

Hay que tener presente, no obstante, que aunque legalmente no es necesario traducir la Apostilla de la Haya, sí que hay algunos consulados y embajadas que solicitan su traducción, por lo que para prevenir, es mejor que le recuerdes al traductor jurado que también debe traducir la Apostilla de La Haya al idioma al que se vaya a traducir el documento. La mayoría de las Apostillas de La Haya ya figuran en 2 o 3 idiomas originalmente, por lo que solamente sería necesario realizar la traducción jurada de la Apostilla de La Haya en aquellos idiomas cuyo original no figure en la Apostilla.